RAE - ASALE: Qué manchados.

El que esté libre de pecado... será porque utiliza tintas y papel de alta calidad.

Quienes no obran así, son enlistados automáticamente entre esos editores-impresores que lanzan al mercado volúmenes de calidad ínfima, con la justificación o pretensión de abaratar los costes de producción y llegar al mayor número posible de lectores [clientes].

De esto, no se han librado ni la Porrúa ni el FCE.

PERO.

Sí, estimado y bienvenido Lector, siempre hay un "pero".

En la página web de la RAE se explica sucintamente qué es la colección de "Ediciones conmemorativas", donde se publican obras... ¡bah! Mejor, léalo usted mismo, que en estos tiempos donde el copy-paste es la norma, bastan un par de 'shortcuts' para hacer magia:

La colección de ediciones conmemorativas de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua Española tiene por objeto la recuperación de títulos emblemáticos de la literatura en español. Su publicación está vinculada a celebraciones relacionadas con las obras mismas o con sus autores.

El denominador común de los libros editados, grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos, es, junto al rigor filológico, su carácter divulgativo. Completan cada volumen diversos estudios monográficos y breves ensayos, una bibliografía esencial y un índice onomástico.

Con el deseo de que sean ampliamente difundidas y lleguen a un público amplio, las obras que constituyen la colección presentan un formato manejable y han salido a la venta con un precio asequible. Hasta ahora se han presentado un total de diez títulos, uno de ellos, el Quijote, publicado dos veces: en 2004 y 2015.

¿Cómo es posible que la RAE y la ASALE hayan soñado, buscado, creído, que es posible unir términos que se encuentran en los extremos opuestos de la labor editorial? ¿Acaso no saben esos señores que la calidad 'no se regala' ni 'se abarata' y que, pretender imprimir obras conmemorativas utilizando materiales de calidad ínfima, en vez de realzar el pretendido homenaje, hace caer esas obras en un lamentable estado donde más parecen ediciones 'pirata' que ediciones dignas donde se plasman en las portadas la rimbombantes siglas de ambas academias?

Sabemos que la imagen vende. Las ediciones mencionadas -tengo a la mano el ejemplar de Rayuela, muy chulo, por demás- están cuidadas en el aspecto físico al menos externamente. Buenos y muy presentables acabados. Formatos cómodos, que median entre la facilidad de uso y la solemnidad de la ocasión.

El PERO radica en la tinta empleada.

Entre los comentarios de los diferentes volúmenes, es ya costumbre leer las advertencias de quienes osaron pasar sus manos sobre el texto impreso, llevándose la nada agradable sorpresa de que el mismo se escurrió en la página, como si hubiese sido impreso hoy por la mañana.

Esto habla de la calidad inferior de la tinta, que al momento de procesar los volúmenes debe tener una consistencia y otras cualidades que personalmente desconozco, pero un supervisor, editor, impresor, encuadernador, deben conocer y validar como mínimas, para realizar las funciones que les corresponden.

Una vez que se encuadernó, empaquetó y distribuyó hasta llegar a las librerías físicas y virtuales, resulta constatable que algo falló. Y que los volúmenes soportan el manejo y la lectura atenta, pero no el paso de los dedos sobre el texto impreso.

Así que advertido está, querido y estimado Lector: no ponga sus manotas ni sus dedotes sobre el texto. Además, los libros son para leerse y pasar educadamente la página tomándola desde una orillita. ¿Quién carajos pone los dedos directamente sobre el texto? Y si fuese necesario, puede utilizar unos guantes muy coquetos de esos que han sido diseñados para el manejo de tabletas de dibujo con precios muy asequibles. Y créame, Vd. se verá lamentablemente ridículo.

Por mi parte, créame que no estoy dispuesto a correr los riesgos de comprobar si ese problema con la tinta es tan grave como se comenta. Tengo entre mis libros varios volúmenes que adolecen daños gravísimos -no fui yo quien los dañó, especifico- y supongo, fueron el fruto de un mal procedimiento de empaquetado, empastado, impresión, encuadernado.

Como sea, tales ediciones se agradecen, aunque en el momento de la verdad, sí nos quedan a deber bastantito.

1802.
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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