De Montecristo a las leyendas urbanas.
El viernes por la noche, mi hija, mi esposa y yo, fuimos al cine a ver la versión francesa que tantas flores ha recibido, de El Conde de Montecristo. Salimos hoy, pocos minutos antes de las 12:30 de la mañana. Aunque la función estaba programada para comenzar el viernes a las 9:10 hora local, entre avisos, comerciales, advertencias y demás, la cinta comenzó a las 9:30. Esa es la única función disponible con subtítulos, las otras opciones, en esta cadena de cines y la competencia, son con doblaje al español
No hubo -afortunada y desafortunadamente- intermedio, así que fueron 3 horas que la verdad, pasaron volando. Si Vd. tiene la intención de asistir al cine, dese la oportunidad de mirarla en francés y con subtítulos, vale la pena.
Sin entrar en espóilers -¿es posible 'espoilear' "El Conde de Montecristo"?- le diré que es una versión 'modernizada', con un par de licencias que a los puristas parecerán exageradas, pero no afectan la trama principal.
Por demás, intentar abarcar en una película el libro de Dumas no es para pusilánimes apocados. Hay que tener un temple de acero y medirse contra uno de los gigantes de la narrativa universal.
Eso, por lo que toca al filme.
Cuando salimos, pasada la medianoche, una fila de cochecitos de una tienda de autoservicio hacían de barrera para impedir el paso a la galería comercial. Así que seguimos hasta la entrada donde, acomodados en lugares estratégicos, media decena de guardias de seguridad se encargaban de ver que todos los asistentes abandonasen primero el cine y después el paseo comercial, hasta salir por la puerta abierta de par en par.
Mi esposa le dijo a un guardia regordete, quizás de un metro y sesenta de altura, sonriente, que nos íbamos 'antes de que espanten'.
-Y sí, espantan.
Nos respondió.
-¿En serio, han visto algo?
-Sí, aquí espantan, allá en el rincón a la vuelta del corredor se aparece la muerte, es una sombra negra que sale ya de madrugada. Y aquí, saliendo de esta área, hay un niñito pequeño, que sale llorando y cubierto de sangre, camina y aunque uno le hable, sigue caminando hasta perderse en los localitos. Unos compañeros tienen video, están todos tiemble y tiemble y lo grabaron, le hablan pero el niño va llore y llore y nunca voltea, como que no escucha.
Y hay un guardia que se aparece a los nuevos que van entrando, como no lo conocen, habla y platica con ellos, hasta que después nos cuentan y pues no somos ninguno de nosotros y ya sabemos que se les apareció ese guardia, que se dice murió hace muchos años y sigue dándose la vuelta por estos lados.
-Oiga, no vaya usted a ser el aparecido -le dijo mi esposa, y todos nos reímos al tiempo que tomaba su radio y respondía alguna indicación que le hacían otros compañeros. Le deseamos buenas noches y nosotros salimos.
Ya en el coche, hicimos repaso de esas leyendas urbanas, conocíamos la del niño que ronda llorando, las otras no las habíamos oído.
Así que tuvimos una función doble, una buena película sin doblaje al español, y un cuento de terror de esos como para no pegar el ojo toda la noche.
1804.
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.
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