'Oppenheimer' ganará óscares, y no, no es por razones cinematográficas, estimado y poco probable lector de este blog dejado de la mano de Dios.
Ha sucedido con otros filmes. Internet se inunda con 'testimonios' de usuarios que han visto películas 3, 5, 8 veces, en la sala de proyección cinematográfica, y que intentan de alguna manera imponer un récord o dejar un registro de tal proeza en la efímera y casi eterna red de redes.
Hablar sobre detalles técnicos es innecesario. Hablar sobre el desarrollo del filme, también. Es más: cualquiera que haya estado atento al aluvión de memes, 'reels', clips de TiqToq y comentarios en las principales redes sociales, sabrá de qué va, cómo va, y a qué debemos atenernos al mirar la ya establecida película de culto.
Alguien me hizo una pregunta y un comentario.
-¿Vas a ver la película en el cine?
-No.
-Bueno, es una película medio rara, son como 200 clips de video alternados pero como sea, sí se entiende.
Es una de las mejores 'descripciones' del filme que me han llegado.
Formalmente hablando, esa cantidad de cortes permite el juego de entremezclar diferentes planos temporales, pero también conlleva un error de principiante, que ni siquiera el director con tan buenos éxitos en el currículum pudo sortear con éxito:
Si el Oppenheimer 'de carne y hueso' hubiese sido como el que retrata en el filme, 'deplanamente' no habría conseguido 'fabricar' la bomba atómica. Un balance general muestra y demuestra una historia donde la ciencia queda muy mal parada, y en la que el protagonista va diluyéndose poco a poco, mientras una carrera armamentística inexistente de pronto se posiciona en el centro de la pantalla con una innegable y ostentosa propaganda pro-yankee, que para legitimarse no puede prescindir del 'enemigo oculto en las propias filas' y las teorías conspiranoicas de moda, esto, para dar gusto a los sectores más conservadores y extremistas al mismo tiempo.
"Menos es más": tal es la máxima que ha hecho estragos en el ámbito de las artes, llegando a los rincones más insospechados del arte y la tecnología. Si tal hubiese sido el pensamiento de Leonardo, de Bach o de esos abnegados monjes copistas medievales que dejaron los ojos y las yemas de los dedos sobre la vitela, nos hubiésemos perdido cúlmenes y ápices de la cultura e historia humanas.
En su afán de simplificar, el director ha hecho que su filme recorte las aristas más incómodas de la historia, dejándonos en las manos un carcaje donde penden algunos girones de carne y tendones y poco más.
Incluso, y para poner un ejemplo, el maquillaje es hiperrealista al punto de conseguir afear a Emily en tal grado, que se consigue un efecto chocante de 'maquillaje-que parece no ser maquillaje-y deja ver un exceso de maquillaje'. Vea Vd., poco posible lector, a qué me refiero:
Oppenheimer es una cansina y rimbombante apología pro-yankee, sus decisiones bélicamente inmorales en las postrimerías de la Segunda Gran Guerra, y una torpe justificación de la carrera armamentista en contra de un enemigo que, al finalizar el filme, el espectador que no haya leído un solo libro de historia ni siquiera al cursar el bachillerato, pensará y creerá que fue creado por los mismísimos Yunáites Estátes.
Y por esto mismo, creáme, estimado Lector, que ganará un buen de óscares. En el plano de las apuestas, mínimo, 4. Dejo a su criterio decidir cuáles serán.
1764.
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.
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