Un chiste de Catón


El señor cura estaba absorto en la sala de recepción del médico viendo con atención las páginas centrales de un ejemplar del Playboy. "¡Padre! -le reclama airada una dama de edad madura que también estaba ahí-. ¡Me sorprende que siendo usted un hombre del Señor esté viendo esa revista!". "Hija -responde el sacerdote exhalando un profundo suspiro-. El hecho de que yo esté a dieta absoluta no significa que no pueda ver el menú"...


Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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