Melancholias
Mario preguntó alguna vez por qué no ponía la historia de las Melancholias o de dónde nacieron o por qué fueron escritas o 'qué jáis con esas rolas'.
Fue hace poco menos de un año, cuando a la universidad donde trabajo se le ocurrió participar en la V Semana Empresarial de Nuevo Laredo. Se nos ordenó poner una pequeña mesa que sería atendida por alumnos donde sería entregados folletos e información de las distintas carreras que ofrece la institución.
La directora de entonces, Lourdes Barrientos, me pidió ayuda para instalar un proyector, con la pantalla y laptop y demás cablerío que esto supone. Entre los ires y venires conversamos de algunas cuestiones sobre todo psicológicas, ya que ella cuenta con gran experiencia en su campo que es la psicología clínica. Por alguna razón llegamos a los terrenos de la depresión, la angustia, la tristeza, nostalgia y melancolía.
Los términos empleados por la psicología tienen poco que ver con los términos clásicos de esos mismos conceptos, y de allí fue de donde salió la sabrosa plática que tuvimos sobre el concepto clásico de la melancolía, esa misma que llevó a Durero a grabar de la forma que lo hizo el famoso cuadro 'Melancholia I'.
En esas fecha comencé a trabajar sobre esta serie. Está pensada inicialmente como un ciclo de 12 piezas, aunque consta actualmente de ocho. No sé si en fecha próxima componga las siguientes 4, aunque tengo alguna idea sobre ello mas no sé hasta dónde llegue. Esa es la razón de que las piezas lleven ese nombre, y de que las primeras 4, sobre las que trabajé simultáneamente, estén dedicadas a ella, de quien aprendí mucho.
De las otras poca cosa puedo decir: Empedrados nació como un estudio conciente de una pieza que fuera absolutamente fácil y transparente de escuchar, aunque su interpretación parece no lo es mucho que digamos. Los leitmotivs se suceden uno tras otro y con ello quise alcanzar a plasmar un poco la sensación que experimentamos al subir una cuesta -o bajarla- empedrada, donde una piedra sucede a otra, siendo distintas y sin embargo sin jamás desentonar una de otra, acomodadas en un orden y con un orden magnífico. Está dedicada a Carolina García, como una muestra de agradecimiento por sus palabras y presencias en un momento de incertidumbre sombría*.
Papel y tinta surge como una palmada en el hombro a Simitro Quezada, quien la pasó muy feo por cuestiones de su seguridad personal. Es un himno en forma a la pluma y la sabrosa capacidad que tiene de sonreír ante cualquier mal por duro que sea, sin desfallecer jamás y siempre con un ojo al gato y otro al garabato.
La Milonga de cantera... confesaré algo, y que Jesús Olague me perdone, y el otro Jesús me agarre confesado. Originalmente estuvo pensada como una canción con acompañamiento de piano. Tengo la letra pero no me he decidido aún a definir si podría la voz ser sustituída por un cello o por un trío de cantantes masculinos, a fuerza necesitaría por lo menos 3: basso, baritone y tenor. No sé si algún día termine ese proyecto, lo poco que le avancé con cello me hace pensar que vale la pena. Pero de momento eso está en veremos.
Libros de fuego está dedicada a los Teólogos sin Nombre, y especialmente a esa Monja Guerrillera que tiene el valor de decir lo que muchos ni siquiera nos atrevemos a murmurar. La idea de un libro de fuego es algo que me emociona y también me entristece: es la tristeza de los minutos finales de 'El nombre de la rosa' y también el asombro de las bibliotecas temidas, y de la zarza ardiendo con la que se topó Moisés.
Lo que sigue será lo que sigue, y de momento nada más comento.
Mario: espero hayas quedado servido.
*Ayer, por un lamentable error, dejé fuera esta pequeña aclaración pero gran omisión. Espero me disculpes, Caro.
Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.
Comentarios
Un saludo
pacobailacoach.blogspot.com
Pasa la letra, para conocerla, de perdido.
:-s
- ¡Chales!, pos que gacho mai, que te perdone Diosito, yo soy buena gente pero no tanto carnal -.
Jejeje.