Sobre la noticia de los nuevos obispos

Quod scripsi, scripsi!


Algo que pocos saben -por fortuna, que de otras formas perderían la fé a la primera- es que entre los jerarcas católicos se juega a la política de maneras que ya quisiera haber entrevisto Maquiavelo.

En Zacatecas las cosas han estado feas: el obispo saliente, heredero directo de la escuela de Lozano Barragán, cerró aún más y asfixió la iglesia zacatecana como pocas veces lo había estado.

El nuevo obispo tiene un perfil que resulta idóneo para proseguir con esa 'línea' o 'escuela'. Cerrar el cerco, vista la necesidad de tener un bastión en esa diócesis 'de abolengo'.

Al comparar ambos perfiles, siquiera escuetamente, veremos que el obispo designado para Nuevo Laredo viene más a proseguir la tarea pastoral que a embriagarse con políticas. También las habrá, pero en escalas minúsculas, en comparación con la diócesis de Zacatecas.

Conozco a ambas y creo saber de lo que hablo.

Y cómo quisiera no saber de lo que hablo y escribo, y cómo quisiera estar equivocado de cabo a rabo.

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