Desmitificaciones: Susana Zavaleta
Esta mujer, cantante de ópera que no ejerce, saltó a la fama gracias al escote que muestra en todos lados cada vez que puede. Se ha aprovechado muy bien del mismo en programas de entretenimiento, de los cuales resaltan los de Brozo, único que le puede seguir el juego, y único que la deja quietecita de vez en vez, y con invitaciones expresas de irse a la cama que la Zavaleta parece pensar demasiado antes de responder amablemente que 'nó'.
Pocos recuerdan que la Zavaleta intentó sin mucho éxito lanzarse a mediados de los noventas con una canción medio pop, medio no sé qué, de estilo indeciso entre Sting y Enya que se llama: 'Ella y él'. Hasta donde mi pobre memoria alcanza, es lo único que más o menos sonó en la radio que ella cantara.
Y el tan gritado a los cuatro vientos carácter intelectual de su personalidad le viene por ser intérprete de óperas en el más puro estilo de Broadway... es decir, nos fuimos de La Scala de Milán a los neones gringos...
Cuando aparece en programas de telerisa donde los cantantes son mediocres y los participantes del público aficionado poco menos, cantando con su 'dotada y bien afinada' garganta pedacitos de óperas que figuran en el repertorio de cualquier estudiante medio de canto, entonces me dan ganas de que uno de los perros que menciona Marcel Beyer se pasee de vez en cuando por México.
Lástima que los del antirrábico se lo robarían para vendérselo al Sr. Burns. Sí, el de los Simpson.
En fin, seguiremos aguantando los desplantes de esta diva de ficción con una voz de ficción y cultura de ficción. Y qué lástima que en México haya apenas poco más qué brindar al extranjero.
Pero quién la culpa, a río revuelto...
Pocos recuerdan que la Zavaleta intentó sin mucho éxito lanzarse a mediados de los noventas con una canción medio pop, medio no sé qué, de estilo indeciso entre Sting y Enya que se llama: 'Ella y él'. Hasta donde mi pobre memoria alcanza, es lo único que más o menos sonó en la radio que ella cantara.
Y el tan gritado a los cuatro vientos carácter intelectual de su personalidad le viene por ser intérprete de óperas en el más puro estilo de Broadway... es decir, nos fuimos de La Scala de Milán a los neones gringos...
Cuando aparece en programas de telerisa donde los cantantes son mediocres y los participantes del público aficionado poco menos, cantando con su 'dotada y bien afinada' garganta pedacitos de óperas que figuran en el repertorio de cualquier estudiante medio de canto, entonces me dan ganas de que uno de los perros que menciona Marcel Beyer se pasee de vez en cuando por México.
Lástima que los del antirrábico se lo robarían para vendérselo al Sr. Burns. Sí, el de los Simpson.
En fin, seguiremos aguantando los desplantes de esta diva de ficción con una voz de ficción y cultura de ficción. Y qué lástima que en México haya apenas poco más qué brindar al extranjero.
Pero quién la culpa, a río revuelto...
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