Luis Berlanda no tuvo otra opción laboral que usar su automóvil para trabajar y está feliz
CIUDAD DE MÉXICO.- Estudió becado siete años en Japón, tiene dos maestrías y es candidato a doctor en economía política internacional, habla perfecto inglés y japonés, pero Luis Berlanga trabaja en México como taxista, en un automóvil de su propiedad porque fue la última opción que le quedó para mantenerse.
Desde 2003, ha estado en esta posición y a la par dando clases en la Facultad de Economía de la UNAM donde actualmente gana 678 pesos al mes. Pero para Luis el manejar un taxi no representa mayor conflicto pese al alto grado de preparación.
Ha hecho esta actividad “feliz”, afirma, porque ha entendido que su existencia no puede estar basada en el reconocimiento de los demás. No se aventura a decir qué desea en términos profesionales en un futuro inmediato, porque señala “eso no depende de mí sino del sistema de poder en México”.
Estudió en Japón
Agrega: “Si yo hubiera sacado la primaria y me hubiese dedicado a manejar mi taxi estaría haciendo lo mismo que con mis dos maestrías y mi candidatura a doctor.
Cómo te explicas que una persona se prepare y esté viviendo al final de cuentas para un trabajo para el que no requería más que saber leer y escribir”.
Berlanga se fue en 1996 con una beca del gobierno de Japón a estudiar a Tsukuba, una de las Universidades más reconocidas del país asiático, su maestría y doctorado en economía política internacional.
Por estar en desacuerdo con el sistema japonés que le imponía modificar su proyecto de tesis doctoral, decidió no continuar sus estudios y en 2000 optó por ser becario de Bancomext en Japón.
Después de año y medio con esa beca, Bancomext, lo invitó a hacerse cargo de la consejería comercial de México en Osaka, cargo que no aceptó por convicción, debido a que identificó que grupos de poder manejaban la representación diplomática.
Al haber rechazado ese sistema de poder, Berlanga reconoce que se cerró las puertas para nuevas oportunidades profesionales.
En México empezó a buscar trabajo. Realizó entrevistas de trabajo en las que se auguraba por el simple hecho de la recepción que obtendría el empleo. Pero no fue así.
Lo aprobaban en la entrevista pero luego no le llamaban.
Luis Berlanga considera que el motivo de su situación actual es producto de un bloqueo político el cual “no le permite tener acceso igualitario a las oportunidades”.
(El Universal)
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