Inseguridad III

Helicópteros sobrevuelan la ciudad. Una y otra vez, pasan bajos, rápidos, lentos, altos, pasan y pasan.


No asustan a quienes debieran: sólo son fantasmas de aves muertas, petrificadas en su vuelo que a nada las llevará.

Falta lo principal: ganas de arreglar las cosas.

Aquí, en Nuevo Laredo, nada más cierto que aquél adagio archiconocido: 'La policía está para cuidar el orden, no el desorden'.

Espero que no me caiga un pajarraco de esos encima: sería el colmo.

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