De la memoria guardada a palos...
En alguna página de su Vida, Benvenuto Cellini cuenta que, a los cinco años, vio jugar en el fuego a un animalito, parecido a la lagartija. Se lo contó a su padre. Este le dijo que el animal era una Salamandra y le dio una paliza, para que esa admirable visión, tan pocas veces permitida a los hombres, se le grabara en la memoria.
Borges, El Libro de los Seres Imaginarios, en la entrada sobre la Salamandra.
Borges, El Libro de los Seres Imaginarios, en la entrada sobre la Salamandra.
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