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Este año no se decide a cuajar del todo.

Es decir, no parece que ya estemos en pleno 2010, no parece que ya casi le pegamos a la primera semana del año, no parece que aquí nomás tras lomita estén los Reyes a punto de llegar y también a punto de largarse, en fin, que el 2010 como que no se ve por ningún lado.

Como sea, no tengo propósitos que hacer en este año. Siendo sincero, jamás me hago propósitos de Año Nuevo.

Tengo una lista de prioridades, y dicha lista se cumple y ya. Pero no me propongo ni propongo a los demás jamás nada. El proponer incluye a priori y a fortiori una rendija para el 'fail', la frustración, la caída, el fracaso.

Dentro de algunas horas, retomaré la jornada laboral, y veremos qué tal pintan esos aumentos de servicios básicos, de gasolina y demás, y lo jodidísimo que pintará ese misérrimo aumento al salario mínimo, que no sirve para nada -buen sí, para mentársela con 'fundamento' a nuestros gobernantes en turno-.

Al rato le sigo, mientras tanto, ¡Bienvenidos al mundo real!




Nam stat fua cuiq~ dies, breue et irreparabile tempus.

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